¿A ti también te parece que algunos patrones de toda la vida ya no te cuadran? Conoces a alguien, os gustáis, sois novios, os jurais amor eterno, os vais a vivir juntos, os casáis, la Nespresso, el bull dog francés, el coche, el primer niño, comida en casa de los suegros, el segundo niño, el coche familiar,…
Si has tenido un microinfarto con cada paso, puede que te sientas identificada con lo que sigue.
Hace solo unas semanas leíamos estas declaraciones de Scarlett Johansson cuando le preguntaban sobre su reciente ruptura.
“No creo que sea natural ser una persona monógama. Puede ser una opinión sesgada, pero realmente creo que es trabajo. Es mucho trabajo. El hecho de que suponga tanto esfuerzo para tanta gente – para toda – prueba que no es algo natural. Es algo por lo que tengo mucho respeto y en lo que he participado, pero creo que definitivamente va en contra de algún instinto”.
Algo está cambiando en nuestra manera de ver las relaciones
Nos hemos dado cuenta de que lo que nuestros padres nos contaron a nosotras no nos funciona. Nos cuesta mucho.
Desde muy pequeñas nos criamos con un mando en la mano. Cuando nos cansábamos de un programa… pum, cambiábamos de canal. Luego llegó Windows. Nos hicimos multitask, haciendo 10 cosas a la vez saltando de una ventana a otra. Y ahora con el movil… vemos la tele, twiteamos, vemos los correos y hablamos a la vez.
Nuestra vida siempre ha sido un multiestímulo contínuo.
Y parece que con las relaciones nos está pasando lo mismo. Al principio nos llenan. Nos volvemos locas. Pero cuando vemos que el nivel de entretenimiento baja, estamos pensando en cuál será el próximo canal, osea chico…
Y por eso en los últimos años hemos visto cómo proliferan algunos nuevos conceptos o maneras de ver las relaciones.
1001 formas de ver las relaciones
Si no estás acostumbrada, puede que necesites un manual de instrucciones para que no confundas unas con otras.
Lo principal para que todos estos tipos de relaciones funcionen, es poner reglas y que queden claras para todos.
Relaciones abiertas
Si te decantas por esta opción, se trata de que tú y tu pareja tenéis una relación estable, pero ambos habéis acordado poder tener sexo fuera de ella. Pero no tener otras relaciones.
Y remarco ambos, porque es muy importante que los dos tengáis claro que estáis jugando al mismo juego. Que os queráis contar el uno al otro cada vez que hayáis tenido sexo con un tercero, ya es cosa vuestra.
El poliamor
El poliamor, como podrás suponer por la palabra, se basa el principio de que todos poseemos la capacidad de poder amar a varias personas a la vez.
Las combinaciones son múltiples. Una pareja heterosexual en la que cada uno tiene una relación con otra persona, del mismo sexo o el sexo contrario. Una trieja (tres personas), que pueden ser chicos o chicas, y en la que todos tienen una relación con todos (o no). Tampoco es imprescindible que exista sexo entre todos.
No lo confundas con la poligamia, que sería un hombre que está casado con varias mujeres, o al contrario, una mujer, casada con varios hombres.
En el poliamor, de igual manera que en las relaciones abiertas, todas las partes lo saben y todas lo aceptan.
Swingers
La palabra se ha puesto de moda por los clubes de Londres, Berlín y Nueva York, pero es algo que ya se practica desde hace décadas, y que todos conocíamos por el nombre de intercambio de parejas.
Si esta es tu opción, te explico cómo sería una noche de swingers para ti y tu chico.
Cenita en casa. Os ponéis monos mientras os hacéis vuestro primer Gin Tonic. Os acercáis al club de moda, ese del que os han hablado. Allí empieza la noche como en cualquier otro lugar. Entre copa y copa vais conociendo a otras parejas. Hasta que llega el momento. En la otra esquina. Allí los véis. Parece que cuadran. Ella no para de reírse con lo que él le cuenta, y él parece muy patoso pero gracioso. Os acercáis, os conocéis, os caéis bien, hay muy buen feeling, cruces de miradas…
Y como ya supondrás, cada uno va con su escogido a pasar un buen rato.
Parejas con uno o ambos miembros flexisexuales
Se puede decir que eres flexisexual cuando, a pesar de tener una orientación sexual marcadamente heterosexual, experimentas en mayor o menor medida deseo o atracción hacia personas de tu mismo sexo, pero no de manera asidua o regular.
También se le llama bicuriosidad o heteroflexibilidad. En ocasiones lo puedes identificar como cierto morbo o excitación erótica al sentirte observada por otras féminas. Otras veces, puede que sientas fascinación o admiración, que puede desencadenar en deseo sexual.
Si lo llegas a satisfacer o no, es cosa tuya.
Si no te sigue cuadrando
Seguro que has oído esta frase alguna vez cuando te has sentido confusa y has buscado opinión de alguien. “Si estuvieras en una relación con la persona correcta, no querrías estar con nadie más.”
Y es muy probable que como a mí, esta respuesta no te haya convencido. Has podido sentir algo por por otra persona, y tu relación relación actual no tiene por qué ir mal.
¿Acaso nos sentimos con el derecho de exigirle una sóla persona que nos dé todo lo que necesitamos?
¿No creéis que es peor resignarse o engañar a tu pareja?
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Sea cual sea tu caso, nos encantaría saber tu opinión. ¿Nos dejas tu caso u opinión en un comentario?