No. Las relaciones a distancia no son lo que pintan las pelis. No son lo que pintan las redes sociales. Ni como tus amigas creen que son.
Quien no ha tenido una relación a distancia, no sabe lo que cuesta mantener la llama y hacer que siga valiendo la pena.
Las relaciones a distancia son cenar con una tablet delante, haciendo un Skype con tu pareja, noche sí noche también.
Son fechas en el horizonte, y cuentas atrás interminables, hasta la próxima vez que os veáis.
Son todos esos detalles que te pierdes, aparentemente sin importancia, pero que le dan sentido a las relaciones.
Las relaciones a distancia son un lado de la cama vacía y que nadie te abrace cuando tienes frío.
Son discusiones sobre cuándo os veréis otra vez, sobre quién compra el billete esta vez, o sobre quién pierde días de vacaciones.
Es un sentimiento continuado de frustración por la distancia, sabiendo que o es eso, o no es nada. O lo tomas o lo dejas.
Es saber que estáis los dos aburridos en el sofá, que hay mil planes ahí para pasarlo bien juntos, pero el único problema es que os separan unos escasos 2.500 Kms.
Es acordarte de él cada vez que estás en un sitio que te gusta, cada vez que ves algo que te hace reír, o comes algo que te recuerda a él . Es pensar “ojalá estuvieses aquí”. Es la impotencia de sólo poder mandar una foto de ese momento. Como si eso pudiera expresar ese cosquilleo en el estómago que has sentido.
Las relaciones a distancia son adioses en el aeropuerto , en la estación de autobuses o desde la ventanilla de un taxi.
Son esos 3 o 4 días juntos al mes, o a veces cada dos meses. Esos pocos días que caen tan rápido como la arena de un reloj al que le han hecho un agujero demasiado grande.
Es pensar en ese día en el que acabará esta situación “transitoria” para pasar a la normalidad. Esa situación que empezó siendo temporal, pero que ya dura más de lo que habéis estado juntos en la misma ciudad.
Es que esos días que tienes tantas ganas de tener sexo salvaje, acaben en un consolador.
Es darte cuenta de lo fácil que sería enamorarte de alguien que esté en el mismo sitio que tú, aunque no le llegue ni a la suela de los zapatos. Es sentirte confusa porque no tienes claro si él es real o son sólo unos mensajes y un montón de emoticonos al día.
No darlings. Las relaciones a distancia no son románticas. No molan una mierda, en realidad.